Son las primeras horas del 15 de Mayo en la Ciudad de Mexico y algo se siente en el ambiente, los paleteros corren a ocupar sus puestos de trabajo, carritos con jicamas y un pequeño ejercito de vendedores de congeladas, en sus uniformes azules, perfectamente equipados con sus hieleras portatiles, avanzan rumbo al centro de la ciudad.
Mas tarde Granaderos en todo tipo de vehiculo y blancas patrullas de Transito recorren el mismo camino, Autobuses foraneos de todas las lineas imaginables se estacionan en las glorietas de Reforma
Apenas esta llegando la hora pico y la Ciudad se transforma, las vacias avenidas se convierten en Estacionamientos, en que un vehiculo avanza a lo mas 5 km/h, los conductores, resignados, ven con envidia como una viejita en andadera los rebasa por la banqueta y se pierde en la distancia, mientras ellos apenas y se mueven en cada semaforo, un viernes normal...
Y eso que los manifestantes apenas estan bajando de sus autobuses, los mas pobres ponen un comal y se toman un desayuno frugal, pero que huele tan rico que no pocos ciudadanos les cambiariamos nuestros monotonos desayunos por esos olores tan deliciosos; en cambio los manifestantes sindicalizados, bajan de sus autobuses de lujo y van a desayunar a los restaurantes del centro.
Para las once, la ciudad ha cambiado, las enormes avenidas estan cerradas, con patrullas atravesadas, bloqueando el transito, los manifestantes sobre Reforma, Insurgentes, o donde sea, no es raro tener tres o cuatro manifestaciones a la vez, el descontento del pueblo esta alcanzando niveles jamas vistos, las avenidas vacias pueden pasarse sin problemas, el cruce mas peligroso de la Ciudad en Reforma y Puente de Alvarado se vacia de dementes al volante y puede cruzarse con calma.
Mientras tanto los que fueron lo suficientemente inocentes como salir con su auto, siguen atrapados en enormes embotellamientos, si Reforma esta cerrada, entonces Insurgentes esta lleno, si ambos estan cerrados, entonces el Circuito o el Viaducto, y los conductores desesperados, ven con envidia como una viejita en andadera los rebasa por
la banqueta y se pierde en la distancia, mientras ellos apenas y se
mueven, un dia normal...
Un recorrido de media hora puede volverse una odisea de dos horas, pero eso ya lo sabemos, y los que nos hemos acostumbrado a ello, ya solo usamos Metro en esos dias, particularmente para cruzar el atestado centro, y caminar ha vuelto a entrar en nuestros habitos, ir de Metro Hidalgo al Zocalo es una sana costumbre, las mujeres desarrollan mejores piernas y ese fenomeno se agradece, los hombres hacemos nuestra media hora de ejercicio, tal y como lo recomiendan los doctores, la ciudad esta menos contaminada y el trafico vuelve a ser amable, como lo era en los setentas, pocos autos en las calles del Centro, se puede volver a disfrutar de su arquitectura, y caminar por 16 de Septiembre con una rebanada de pan con mantequilla de la Ideal es otra vez un placer.
La verdad, aun prefiero que la gente exprese su descontento gritando en la calle y no poniendo bombas o armando una Revolucion, ah y mientras tanto, los pobres conductores, aburridos, ven con envidia como otra viejita en andadera los rebasa por
la banqueta y se pierde en la distancia, mientras ellos apenas y se
mueven...
Autor: Sergio Antonio Tellez Morales